miércoles, 20 de febrero de 2013

A Chatterton (John Keats):

¡Oh, Chatterton, qué triste tu destino! ¡Oh, hijo
de la desgracia, vástago de la aflicción! ¡Qué pronto
el velo de la muerte cubrió esos ojos donde
destelló fuerte el Genio y el supremo debate!
¡Qué pronto aquella voz, entusiasta y magnífica,
en exangües murmullos se fundió! ¡Tu atractiva
mañana estaba cerca de la noche! Moriste
como la flor marchita que abatió el viento frío. 
Pero esto ya ha pasado: ya estás entre los astros
del Cielo y dulcemente cantas a las esferas
que giran; nada arruina tus himnos por encima 
de este mundo egoísta de temores humanos.
Y en la tierra los justos impiden que la infamia
dañe tu noble nombre, que riegan con sus lágrimas.

 

La muerte de Chatterton (1856, Henry Wallis)

Poema de John Keats, traducido por Alejandro Vallejo, para Odas y Sonetos de editorial Hiperión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario