
Así es Hace cuarenta años, historia en la que Maria Van Rysselberghe abre su corazón para compartir un amor que ensalza y destroza, que duele por llegar tras el que describe como "alegre", que es ahogado en la tragedia para preservar la inocente felicidad de quienes también son amados, si bien de otra forma.
"La Petite Dame", que era como se conocía a la mujer de Van Rysselberghe, rememora su relación con Émile Verhaeren, a quien llamará Hubert, y lo hace cuando ya ni su marido ni el resto de participantes pueden sufrir dolor alguno, como fiel guardiana de una promesa pasada. Pero no cae en la vulgaridad de descripciones innecesarias o explicaciones mundanas. Se concentra en la esencia, en lo que toca el corazón y lo pelliza y remueve; en frases y palabras sabiamente escogidas que elevan su historia por encima del prejuicio, metiéndonos tanto en la piel de quienes la vivieron que se convierte en natural compadecerse de la tortuosa chanza que el destino les regaló, admirando su no concesión, su freno, como cuando alabamos a quienes logran lo imposible. Pues son infinitas las formas de amar, "Y además, ¿acaso sabe uno lo que ama de las personas?"
Lectura obligada. Simplemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario